Práctica contemplativa
Instrucciones: Lee el poema "Gratitud" de Mary Oliver despacio y dos veces si es necesario. A continuación, sal al exterior (a tu patio, al jardín o a un parque, etc.) y utiliza todos los sentidos que tengas a tu alcance para observar lo que sientes, saboreas, ves, oyes, tocas o percibes. Hazlo durante diez minutos sin utilizar la tecnología. A continuación, responde a las preguntas de María en el poema sobre tus sensaciones y observaciones.
¿Qué notaste?
El caracol de rocío;
el gorrión que vuela bajo;
el murciélago, en el viento, en la oscuridad;
los gansos de pecho grande, en la V de la actuación más elegante;
el sapo suave, paciente en la arena caliente;
las hormigas hambrientas de dulce;
el alboroto de los ratones en la casa vacía;
la música de hojalata del cuerpo del grillo;
la blusa de la vara de oro.
¿Qué has oído?
El zorzal saludando a la mañana;
los pequeños pájaros azules en su caja caliente;
la charla salada del chochín,
luego la taza profunda de la hora del silencio.
¿Cuándo te has admirado?
Los robles, dejando caer sus frutos oscuros y velludos;
la zanahoria, alzándose en su cintura alargada;
la cebolla, hoja tras hoja, curvada hacia el interior de la varita verde pálido;
al final del verano el polvo broncíneo, la belleza casi líquida de las flores;
luego los helechos, raspados de negro por la escarcha.
¿Qué te ha asombrado?
Las golondrinas haciendo su chapuzón y vuelta sobre el agua.
¿Qué te gustaría volver a ver?
Mi perro: su energía y exuberancia, su voluntad,
su lenguaje más allá de toda agilidad de lengua,
su temeridad, su lealtad, su dulzura,
sus fuertes patas, su labio negro enroscado, su chasquido.
¿Qué era lomás tierno?
El encaje de la reina Ana, con su raíz de chirivía;
la siempreviva en sus bonetes de lana;
las torceduras y giros del cuerpo del tupelo;
los altos bancos de arena en blanco;
la almeja, aprisionada.
¿Qué era lo más maravilloso?
El mar, y sus anchos hombros;
el mar y sus triángulos;
el mar recostado sobre su larga espina de atleta.
¿Qué creías que estaba pasando?
La bestia verde del colibrí;
el ojo del estanque;
la cara húmeda del lirio;
la rodilla brillante y fruncida del roble quebrado;
el tulipán rojo de la boca del zorro;
la subida, la bajada, la manga deshilachada de la primera nieve-
así nos sacuden los dioses del sueño.